SELECCION ARGENTINA

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robertomas
view post Posted on 27/4/2009, 18:42




ARGENTINA-BULGARIA 1986
 
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robertomas
view post Posted on 2/5/2009, 10:00




PUMPIDO 1986
 
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robertomas
view post Posted on 5/5/2009, 14:31




ARGENTINA-INGLATERRA 1980
AMISTOSO EN WEMBLEY

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robertomas
view post Posted on 14/5/2009, 03:55




Argentina 1 - Resto del Mundo 2

Tras obtener una copa del mundo, la modalidad era que la selección campeona se enfrente a un combinado de figuras.
Es por ello que el 25 de junio de 1979 la Selección Argentina de César Luis Menotti participó de un encuentro en el Estadio Monumental contra Resto del Mundo y cayó derrotado por 2 a 1.
Tamaño partido mereció tapa de la revista El Gráfico y como bien se indica allí, Diego Maradona ya asentado en la albiceleste, marcó un golazo.
En la foto se puede apreciar al capitán Daniel Passarella disputando una pelota aérea con el holandés Ruud Krol
 
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robertomas
view post Posted on 18/5/2009, 12:30




ING-ARG 13.5.80
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http://www.informeargentina.com.ar/amistosos.htm

Edited by robertomas - 18/5/2009, 14:46
 
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robertomas
view post Posted on 18/5/2009, 17:11




Argentina '91

Arriba, de izquierda a derecha: Fabian Basualdo, Altamirano, Sergio Vázquez, Sergio Goycochea, Darío Franco y Oscar Ruggeri. Abajo: Claudio Caniggia, Diego Simeone, Gabriel Batistuta, Leonardo Rodríguez y Leonardo Astrada.

Equipazo armado por el Coco, con el sello que más le gusta al DT. Defensa sólida, entrega y buen pie en el medio y una delantera letal. Campeón legítimo y orgulloso. Equipazo armado por el Coco, con el sello que más le gusta al DT. Defensa sólida, entrega y buen pie en el medio y una delantera letal. Campeón legítimo y orgulloso.
El título se negaba desde 1959, cuando todavía se llamaba Campeonato Sudamericano, y el primer torneo oficial con Alfio Basile al frente de la selección parecía una linda excusa para volver a festejar.Y así fue. Con un equipo que mostró un gran funcionamiento colectivo, una destacada coordinación entre líneas y varios puntos altos a nivel individual:

-La explosión total de Batistuta, una bestia del gol que empezaba a escribir con letra grande su historia en la celeste y blanca. El delantero terminó como máximo anotador con 6 tantos.
-Un brillante Leo Rodríguez, que en el torneo alcanzó el pico máximo de rendimiento de su carrera y fue el conductor ideal, de esos de buen pie como le gustan al Coco.
-La entrega, el sacrificio, el despliegue y el buen juego del Cholo Simeone, que además aportó su cuota de gol con dos, uno de ellos en el últmo partido.
-Un Caniggia intratable que se entendió a la perfección con Bati, con la velocidad de siempre, su pique demoledor y el recordado golazo a Paraguay (imposible olvidar a Chilavert revolcándose por el piso para intentar frenarlo).

Ni el fantasma de Brasil, ni el toque de Colombia, ni toda el agua que cayó la noche contra Chile pudieron apagar el espíritu ganador del equipo. El Coco, quien terminó con lágrimas en los ojos el día de la consagración, estiraba su invicto a 14 partidos y en Argentina comenzaba a soñarse en grande mirando a Estados Unidos 94.

La campaña
8/7/1991 Ronda preliminar, Venezuela 3-0 (Batistuta -2- y Caniggia)
10/7/1991 Ronda preliminar, Chile, 1-0 (Batistuta)
12/7/1991 Ronda preliminar, Paraguay, 4-1 (Batistuta, Simeone, Astrada y Caniggia).
14/7/1991 Ronda preliminar, Perú, 3-2 (Latorre, Craviotto y Claudio García).
17/7/1991 Ronda final, Brasil, 3-2 (Franco -2- y Batistuta).
19/7/1991 Ronda final, Chile, 0-0.
21/7/1991 Ronda final, Colombia, 2-1 (Simeone y Batistuta)


LA PALABRA DEL DT

"Quedé copado con este grupo. Por el fútbol que juega, por la forma de comportarse, por la humildad, porque nunca subestiman a nadie".
 
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robertomas
view post Posted on 18/5/2009, 19:56




Pumpido y Maradona con el titulo
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robertomas
view post Posted on 19/5/2009, 03:26




Maradona (ARG) m´86
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robertomas
view post Posted on 21/5/2009, 03:18





Nery Alberto Pumpido ARG ita´90
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July 30, 1957 (1957-07-30)
Monje, Santa Fe, Argentina
Height 1.91m (6ft 3in)
Goalkeeper
-
1976-1981 Unión de Santa Fe 137 (0)
1981-1983 Vélez Sársfield 078 (0)
1983-1988 Club Atlético River Plate 121 (0)
1988-1990 Real Betis 067 (0)
1991 Unión de Santa Fe 037 (0)
-------------------------------
1983-1990 Argentina 038 (0)
 
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robertomas
view post Posted on 23/5/2009, 01:17




La Banda del Pacha



Hay selecciones juveniles que inmediatamente quedan en la historia. La de Japón ´79 con el Dié y Ramón, todas las de Pekerman (bue, tal vez la del ´99 con Costanzo, Galetti y Farías, no), la de los Juegos Panamericanos 2003, con el Ariete Ario del Área repartiendo su magnanimidad por el Caribe.
Una de esas selecciones fue la del 1er Sudamericano Sub-16 (luego sub-17), que en 1985 se consagró campeona derrotando a Brasil por 3-2 en la final jugada en Vélez.
Ese equipo era dirigido por Carlos Pachamé y a lo largo del torneo (que también se disputó en cancha de Estudiantes y Ferro) fue ganando adeptos debido a su jogo bonito y a la calidad que mostraban algunos de sus integrantes.
Obviamente, también ayudaba el hecho de que una de sus figuras era Hugo "el Turco" Maradona.
Pero no era el único con condiciones. A través de Canal 11 se hicieron conocidos algunos tipos que todavía hoy son recordados.
Los Fernandos de La Paternal, Redondo y Cáceres, en obvio primer término (de hecho fueron los únicos 2 que tuvieron no sólo una gran carrera, sino una carrera al menos decente).
El arquero de ese equipo era el Gato Miguel (otro arquero de River campeón juvenil), el Muñeco Ruidiaz era un buen jugador en Independiente pero murió por una enfermedad similar (creo) a la del Búfalo Funes.
El resto (con la excepción lógica de Huguito) o son recordados sólo por ese equipo, o directamente no los conoce ni el verdulero de la esquina.

Favio Almirón (sé que jugaba en Chicago)
Diego Álvarez (¿quién?)
Christian Corrales (¿quién?)
Juan Cibulsky (inferiores de River como gran logro del rubio metalero (?))
Alberto Denis (no es el tanque)
Lorenzo Frutos (una de las estrellitas, la esperanza de San Lorenzo, terminó en Laferrere o Ituzaingó)
Fernando Kuyumchoglu (imperdible en el tutti-frutti junto a Kamtchaka)
Daniel Marino (jugó en All Boys)
Gustavo Montero (¿quién?)
Alejandro Presa (de Estudiantes, menos que Freddy Vera u Ochoaizpur)
Mario Rocca (laburando en Techint(?))
Pedro Salaberry (de River, gran futuro(?), ¿lo tapó Caniggia o lo cagó la altura?), terminó en Chaco For Ever)
Néstor Valenzuela (no sabe, no contesta)
Los resultados en el torneo fueron: 5-0 a Venezuela, 4-0 a Ecuador, 4-0 a Colombia, 3-1 a Chile, 4-0 a Perú, 5-1 a Uruguay, 5-1 a Bolivia, y 3-2 a Brasil.
A los meses se jugó el mundial en China, al que se acudió con una concienzuda (?) preparación que constó de entrenamientos en Buenos Aires a las 3 AM (con 8ºC), para amoldarse a los horarios chinos (con 35ºC).
Se volvió rápido de esa excursión, donde aparecieron por primera vez los africanos (Nigeria en este caso) con sus pasaportes adulterados (?), pero el recuerdo quedó, y si un día alguno que haya visto esos partidos se encuentra con un tipo que le dice "Cibulsky, un gusto" se preguntará "¿será el mismo?"
 
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robertomas
view post Posted on 24/5/2009, 04:31




La Era Basile 91/94
Hoy vamos a recorrer lo que fue la última era realmente exitosa de un técnico argentino al frente de la Selección Nacional.
Después del final de la Era Bilardo 1983/1990, dónde se habían conseguido un campeonato del mundo y un subcampeonato, Bilardo se apartó del seleccionado, como así también Diego Maradona. Eran tiempos de cambio, el final de la participación de jugadores como Simón, Dezzotti, Batista, Giusti, Olarticoechea o Burruchaga.
Los candidatos a suceder al Dr. Bidones eran muchos. Entre los principales estaba Daniel Alberto Passarella, que en su primer año como DT había conseguido el título 89/90 (a medias con Merlo) y el subcampeonato Apertura 90, el primer campeonato corto, a manos del Newell´s de Bielsa. Veira era otro de los candidatos.
Pero Don Julio Humberto I Rey de la AFA tiró el tablero: el elegido era Alfio Rubén Oscar Carlos Basile, técnico del Racing Campeón de la Supercopa 88, quién también había hecho una buena campaña en Vélez y Racing de Córdoba. Sí, se llama así.
Basile era un técnico que nada tenía que ver con Bilardo. Más cercano a Menotti, Basile era un motivador, que dejaba a los jugadores más libres para la creación. Un técnico que era considerado como ofensivo.
El primer partido fue contra Hungría en la Bombonera: 2-0, goles de Franco y Mohamed. El nuevo equipo tenía nombres como Astrada, Boldrini, Villareal, Simeone, Ferreyra, Bisconti, el Turco García, los mismos Mohamed y Franco, Fabián Basualdo, Latorre o Gamboa, más la experiencia de Ruggeri y Goycoechea.
Siguieron los amistosos antes del primer gran objetivo, la Copa América de Chile en junio del ’91. Entre los partidos más importantes se hallaron un empate contra Brasil 3-3 en Vélez, triunfo contra USA 1-0, y una gira por el Reino Unido dónde se empató 1-1 con CEI, la “Comunidad de Estados Independientes”, ex URSS, y un espectacular 2-2 ante Inglaterra en el mismísimo Wembley, luego de ir cayendo 0-2 con dos goles de cabeza de Lineker y David Platt. Lo curioso es que Argentina empató el partido con otros dos goles de cabeza, del Turco García y Darío Franco. Justamente esa una de las mejores armas del equipo Nacional: el poderío aéreo. Y lo demostraría en la Copa América.


-Gamboa Y Lineker, en el histórico 2-2 en Wembley. Gamboa jugó de volante central y fué reemplazado

El último amistoso fue una prueba de fuego: ante Brasil en el mismo Maracaná. Un aburrido 0-0, pero que sirve como hito para tomar como referencia un debut: ese día hizo su primera aparición con la celeste y blanca un hombre que iba a hacer historia: Gabriel Omar Batistuta, que se había ganado su lugar como centrodelantero a fuerza de goles en Boca. También se sumaba Claudio Paul Caniggia.


-Batistuta debutó ante Brasil en el 91

En aquélla Copa América se jugó por última vez en dos grupos de 5, y los dos primeros avanzaban a la ronda final, 4 equipos todos contra todos, como en Brasil ’89.
El debut fue ante lo que era en aquél momento el equipo más débil del continente: Venezuela. 3-0, con dos goles de Batistuta y uno de Caniggia.
El segundo partido fué contra el local, el Chile de Zamorano y Pizarro. Fue 1-0, con un golazo de Batistuta a falta de ‘10, en una pared con Leo Rodríguez, que a esa altura ya le había ganado el puesto a un intermitente Latorre como “enganche”. El partido más complicado del grupo había pasado.
Paraguay era un duro escollo también, aunque no tan difícil de enfrentar como lo sería más adelante. Goles de Batistuta, Simeone, Astrada (!) y la frutilla del postre, un go-la-zo de Caniggia, desparramando a dos defensores con su clásica velocidad y dejando sentado a José Luis Félix “aparte una cosa” Chilavert, para rubricar un 4-1 que sería la mejor demostración del poderío del equipo en la Copa.

El Equipo titular era: Goycoechea; Basualdo, Sergio Vázquez , Ruggeri [c], Enrique; Franco, Astrada, Simeone; Rodríguez; Caniggia, Batistuta.

Ya clasificados y con la primera colocación asegurada, Basile armó un equipo completamente con suplentes, jugadores de la talla (?) de Lanari, Altamirano, Craviotto, Giunta, García, Gamboa, Medina Bello, para enfrentar a Perú. 3-2, nada mal para ser el segundo equipo. Latorre, Craviotto y Claudio García los goles.
La zona final estaba conformada por Argentina, Chile, Brasil y Colombia.
Argentina arrancó jugando ante Brasil en lo que fue una verdadera guerra: el partido terminó 3-2, Argentina hizo los tres goles de cabeza, le expulsaron dos jugadores (Enrique, que pisó a un rival Stoichkov style pero no pudo disimular, y Caniggia, quién reaccionó ante las muchas patadas que pegaron los brasucas) y a Brasil le echaron TRES jugadores. En aquélla época Brasil no era tan favorecido como lo es hoy, a partir de USA 94 y el marketing. De ahí las tres –merecidas, esos sí- expulsiones. Ruggeri terminó con un ojo negro. Los goles fueron de Darío Franco –dos- y Batistuta.
El siguiente partido fué otra vez ante los locales. Durante todo el día había diluviado como nunca antes en Santiago, la cancha estaba imposible, y el partido terminó 0-0.
Argentina debía ganarle a Colombia si quería ganar el título. Con un gol de cabeza de Simeone y un derechazo de Batistuta –goleador del torneo- Argentina ganó 2-1 en una cancha que todavía sufría las inclemencias del tiempo (se jugaba cada dos días).
Así fue como Argentina ganaba un título que se le negaba desde 1957. El equipo era un disfrute. Y todavía seguía invicto. La gente contaba los partidos invictos del equipo.

-Leo Rodríguez la rompió en el 91, eso le alcanzó para ser fija en los equipos de Basile. Nunca volvió a alcanzar ese nivel

-Redondo le dijo que no a todos menos a Basile.

Durante el año ‘92 no hubo mucho, salvo la Copa Kirin ganada en Japón contra Gales y Japón con –más- goles de Batistuta, la Copa Rey Fahd , (la primera Confederaciones) en Arabia, donde el equipo se lució ante rivales de muy poco fuste como Costa de Marfil y Arabia Saudita, (dónde se sumaba un jugador del gusto de Basile, Fernando Redondo, estrella del Tenerife de Valdano) o los pobres amistosos ante “Resto de América” y “Resto del Mundo”, que bien podrían haber sido llamado “LOS RESTOS del mundo.” Amistosos ganados, por supuesto.
El año 93 sería ajetreado, venía la Copa América de Ecuador y las Eliminatorias de Septiembre, el último año que se jugarían en partidos seguidos.
Para empezar, dos partidos importantes en la misma semana: Brasil en el Monumental (1-1, gol de Mancuso) y un triunfo ante Dinamarca –campeón de Europa- por la Copa Artemio Franchi, por penales y después de igualar en 120 minutos 1-1, en Mar del Plata.
Esos dos partidos sirvieron para la vuelta de Diego Maradona a la selección. Maradona militaba en ese entonces en el Sevilla. Después de venir a jugar esos partidos, Diego se peleaba con Bilardo y dejaba Sevilla, y también la selección, lo que le impidió jugar la Copa América.
La Copa América del 93 no fue un paseo como la del 91. El equipo empezaba a mostrar falencias en su funcionamiento. Un par de meses antes había sido suspendido Claudio Caniggia, y el equipo lo había sentido, como también lo de Maradona.
El equipo ganó la Copa América, sin brillo pero dejando todo, ganando por penales ante Brasil y Colombia y venciendo en la final al México de Jorge Campos por 2-1 con dos goles de Batistuta.

Venían las eliminatorias, y Argentina comenzó ganando 1-0 en Perú. Otro triunfo, quizás un de los mejores partidos de la Era, fue un 3-1 ante Paraguay, con un golazo de Redondo arrancando desde atrás y tirando paredes con Villareal.
En Barranquilla Argentina caería –con baile y sacándola barata- 2-1. Se caía un invicto de 33 partidos.
Se venían las revanchas, esta vez, como local. 2-1 a Perú con un golazo de Medina Bello de taco, aunque se terminó pidiendo la hora. El 0-0 contra Paraguay preocupó.
El partido contra los cafeteros fue rarísimo. Se ha hablado mucho de aquél match. Lo cierto es que Asprilla, Rincón y Valderrama nos dieron un baile histórico. Con cada gol de Colombia, Argentina se alejaba más y más del mundial. A D10s gracias, Perú logró empatar 2-2 con Paraguay y Argentina lograba una plaza para el repechaje ante Australia. El 0-5 fue casi un problema nacional, Sanfilippo criticó a Goycoechea en la cara (y de paso, consiguió laburo por los siguientes 15 años) en el programa de Neustadt, Gatti dijo que gritó los goles de Colombia, la cabeza de Basile pendía de un hilo, los oportunistas de siempre pedían a Bilardo y todo su equipo, El Gráfico sacó una polémica edición con tapa negra
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-Goycoechea se "come todos losssmague, pibe" ante Freddy "fracasé en todos lados" Rincón

Lo cierto es que con ayuda de D10s, un D10s flaquísimo que jugaba en Newell’s, Argentina empató 1-1 en Sydney y ganó 1-0 como local. La “Operación Retorno II” del Diego también trajo nuevos aires: ya no estaban los Altamirano, Villareal, Saldaña, Acosta o Astrada, y en su lugar llegaron Chamot, Sensini, Balbo y Hernán Díaz. Argentina fue el último equipo en clasificarse al mundial.
Ya clasificados, Argentina venció al Campeón de Mundo Alemania en Miami 2-1, con goles de Balbo y Hernán Díaz (!), en diciembre del 93.
La “Operación Retorno III” surgió en Marzo del 94. Maradona se había alejado del Newell´s tras jugar 4 partidos, y se entrenaba solo en La Pampa para llegar al mundial. También regresaba Caniggia, toda una incógnita. En el medio, un 0-2 contra Brasil con baile.
Argentina haría una gira previa al mundial pasando por Japón, pero debido a los problemas con las drogas del Dié, se tuvo que reprogramar una vuelta al mundo en una semana, jugando ante Chile (3-3, fue el debut de Salas con la Roja haciendo un gol), Ecuador (0-1, se jugó muy mal) 3-0 en Israel y 0-0 en Croacia.
Argentina tenía su búnker en Boston, un lugar llamado “Babson College”. El nivel presenciado en la gira previa no había sido el ideal. Se preveía lo peor.
Argentina debutó ante Grecia. El 4-0 con baile nos emocionó a todos. El tercer gol, obra de Maradona, fue una delicia de paredes entre Redondo, Caniggia, Batistuta y el mismo Diego sacudiendo la red con un zurdazo delicioso de otros tiempos. Todo era alegría. El funcionamiento del equipo parecía otro.

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-El equipo que le ganó a Grecia 4-0. Cáceres, Chamot, Islas, Redondo, Ruggeri, Maradona; Caniggia, Simeone, Batistuta, Balbo, Sensini.

El segundo partido fue ante las Águilas de Nigeria. No empezó bien. Siasia puso a los africanos en ventaja. Después del 3-0 que le habían propinado a los búlgaros, eran de temer. El humo de los medios se preguntaba “cómo les ganamos a tanto poderío físico?”
Dos goles de Caniggia (el segundo, una definición exquisita) pusieron al equipo 2-1 arriba. Argentina tuvo muchísimas situaciones de gol, el resultado fue obsoleto, el equipo había encontrado su verdadero nivel, y Maradona había aguantado los noventa minutos, siendo fundamental en los últimos aguantando la pelota como solo él podía hacerlo en aquél momento. Además, nunca ví a un equipo golpear tanto y tan fuerte como los nigerianos.
Todo eran rosas. El equipo entusiasmaba y era candidato. Ni siquiera Brasil, con Romario y Bebeto, mostraba el poderío de Argentina, con un Maradona inspirado, Batistuta y Caniggia on fire, Redondo y Simeone mordiendo en la mitad de cancha, Balbo acompañando, Islas respondiendo, Chamot subiendo por sorpresa…
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-Maradona la aguanta contra Nigeria, en su último partido con la selección.

Hasta que todo el castillo de naipes se cayó.
Maradona había dado positivo de un control antidoping en el último partido. Resultaba raro el porqué les había tocado a Caniggia primero y a Maradona después el control. Lo cierto es que Maradona fue rápidamente separado del plantel. Efedrina y nandrolona fueron palabras que tomaron estado público

El dolor del pueblo argentino era inmenso. Maradona se retiraba tristemente de la camiseta que más quería. Había jugado 21 partidos mundialistas.
Si el pueblo estaba dolido, el equipo estaba perdido. Y lo aprovechó Bulgaria, que ganó 2-0 con goles de Stoichkov y Sirakov –sobre la hora- en Dallas. Ese gol sobre la hora hacía que el equipo cruzara todo Estados Unidos para jugar en Los Ángeles ante Rumania, el equipo que había bailado a Colombia 3-1, y que había sido bailado por Suiza 4-1.
Con un Hagi intratable y un Ilie “jugué un partido bien en toda mi vida” Dumitrescu, Rumania, sin merecerlo (Argentina tuvo muchísimas chances, y no le cobraron un penal claro a Simeone) ganó 3-2 y dejó afuera al equipo que hasta ese entonces, era de lo mejor del mundial.
Basile renunció ese mismo día. Fue el final de un ciclo que hasta la Copa América del 93, había sido brillante.
Sería el turno esta vez sí, de Passarella.

 
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robertomas
view post Posted on 25/5/2009, 02:33




JUEGOS ODESUR

A fines de 1986 la Argentina ganó un titulo que por esos años tenía bastante prestigio (o al menos eso nos querían hacer creer).
Una Selección integrada exclusivamente por jugadores que no hubieran jugado mundiales o eliminatorias se consgró en Chile, derrotando en la final a Colombia por 2 a 0 con goles de Víctor Marchesini y el Puma José Luis Rodríguez, obteniendo de esa manera el trofeo en disputa en los Terceros Juegos Sudamericanos, llamados JUEGOS ODESUR .




Algunos de los integrantes del plantel conducido por Carlos Pachamé, fueron:
Sergio Goycochea y Jorge Bartero; Adrián Domenech, Fabián Basualdo, Victor Marchesini, Jorge Theiler, Nestor Fabbri y Guillermo "Luli" Ríos; Pedro Troglio, Blas Giunta, Hugo Maradona, José Fantaguzzi y Oscar Acosta; Walter Perazzo, Alfredo Graciani, José Luis Rodríguez, Humberto "Coya" Gutiérrez y Claudio Paul Caniggia.


Esta fue la figura del torneo - Humberto "Coya" Gutiérrez



Este fue el goleador argentino -Puma José Luis Rodríguez
 
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robertomas
view post Posted on 25/5/2009, 03:27





Veinticinco años después de su victoria en la Copa del Mundo, César Luis Menotti y sus jugadores vuelven sobre este episodio ambiguo de la historia de la Argentina, comandada entonces por la junta militar del general Videla.


Afuera habían quedado Carlos Bianchi y Osvaldo Piazza. También nombres como Rubén Ayala, Enrique Wolff, Carlos Babington o Ricardo Bochini, enormes talentos del fútbol argentino. Y en el camino quedó el sueño de un chico de 17 años que muy pronto iba a tener el mundo a sus pies: Diego Maradona. Es que cuando el almanaque dejó caer la última página de 1977, César Luis Menotti se encontró con un extraño “problema”: tenía talento de sobra.
Pero para llegar al montaje de aquel equipo campeón necesitó cuatro años de trabajo artesanal, moldeando esa materia prima de calidad que supone el jugador argentino.
Tras un nuevo fracaso en Alemania 74 y con el 78 en la mira, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) le confirió a Menotti el mando de la selección nacional. La consigna era clara: con el mundial en casa, no había espacio para un papelón. Las desprolijidades del pasado no debían repetirse: equipos armados de apuro, entrenadores sin respaldo de los dirigentes, clubes que negaban sus jugadores y estrellas que escapaban de la selección. “La gente estaba aburrida de ver como se juntaban jugadores a último momento y se iba a un mundial a perder, sin hacer nada destacable”, recuerda Menotti. “La selección no había mostrado en los mundiales el nivel real del futbolista argentino. A partir del 78 marcamos un camino que convenció a los dirigentes y los hinchas. Hoy a ningún club le negaría un jugador a la selección”, explica.
-La Argentina es una constante cantera de exportación, ¿cómo compensó el talento que se marchaba a Europa?
-Se habían ido Bianchi, Ayala.... no tenía jugadores en el país. Entonces empezamos a buscar nuevos nombres en el fútbol de las provincias y rescatar la identificación con la gente; no solamente en Buenos Aires como fue históricamente. Eso fortificó el vínculo.
El fútbol argentino se nutrió siempre de jugadores de bonaerenses, de Córdoba, Santa Fe y las provincias que las rodean. Otras están marginadas del mapa futbolístico. No tienen ligas competitivas de buen nivel, pero su suelo también es fértil, sólo hacía falta cosechar sus frutos. Menotti armó selecciones provinciales de los que surgieron Ardiles, Villa, Galván y Oviedo, entre otros.
-¿Cómo definió la lista de 22 teniendo abundancia de buenos jugadores?
-Hubo partidos muy importantes ante Francia, Inglaterra, Brasil, Alemania, Yugoslavia, Uruguay... Me dieron la posibilidad de medir los jugadores pensando en el Mundial. Quería armar un equipo y trabajar toda la semana y no esperar a que bajen de un avión directamente para competir. Esto lo podía hacer Holanda, ya que los jugadores están a dos horas de vuelo para reunirlos y hacía 5 años que se conocían. Yo tuve que dejar afuera a grandes jugadores que estaban en Europa. Preferí tener a mis jugadores en el país porque, a excepción de Kempes que era un fuera de serie, no había grandes diferencias.
-¿Cuál era la idea futbolística?
-Cada país tiene su identidad y ella marca un estilo. El fútbol es la búsqueda de la eficacia y uno tiene que preguntarse ¿desde qué lugar voy a ser eficaz? Si tengo que plantear un partido ante Holanda o Alemania, ¿podemos imponer nuestra fuerza? No. ¿Nuestra velocidad? Tampoco. ¿De qué manera puedo armar un equipo eficaz? Defendiendo nuestra identidad. El argentino es un fútbol que se exige permanentemente tener la cabeza abierta para ser visitada por la inspiración. Si no, no somos competitivos. Eso nos pasó el año pasado en Japón: impusimos vértigo y velocidad pero no había espacio para la inspiración.
-Kempes, Ardiles, Luque, Houseman eran jugadores a los que la inspiración los visitaba muy seguido. ¿Cómo se logró el equilibrio en un equipo en el que prevalecía la habilidad a la fuerza?
-Un equipo es una idea; después el convencimiento del jugador, creer que con esa idea se puede triunfar. Y luego el compromiso para defenderla. Y mi idea era respetar la identidad del fútbol argentino: no jugamos igual que un uruguayo, aunque estamos a 60 kilómetros. Ni como un brasileño o un paraguayo. Por lo tanto, modificar la identidad y pretender hacer un jugador alemán de un argentino, terminamos que nunca va a ser alemán, pero tampoco va a ser argentino. Va a hacer cosas que no sabe. Es como pedirle a un alemán que juegue como un brasileño. Pero hay futbolistas que a través de su identidad rompen las fronteras, como Zidane, que podría haber nacido en cualquier barrio de Buenos Aires. Lo mismo que Passarella podría haber nacido en Alemania.

DE ESPALDA AL PALCO OFICIAL
El 24 de marzo de 1976 los militares arrebataron el poder a la presidenta María Estela Martínez, la viuda de Perón. Ese día la selección estaba de gira en Polonia y la noticia del golpe causó impacto. “Al volver presenté mi renuncia –cuenta Menotti– pero los militares no quisieron echarlo ni a Cantilo (NDLR: presidente de la AFA) ni a mi, porque tenían miedo. Se jugaban mucho con el mundial y no sabían cómo manejar el fútbol, porque eso no se arregla con armas. Se lo dejaron a los clubes, que eran quienes sabían organizar la Copa. Ellos me apoyaron”.
El Mundial 78 se acercaba y 25 millones de argentinos esperaban mostrar al mundo que ese fútbol proveedor de habilidad a los rincones más remotos del planeta, podía confirmar su prestigio quedándose con el trofeo mayor.
Pero al mismo tiempo, un puñado de militares diseñaba su estrategia propagandística. En Europa (principalmente en Holanda y Francia) denunciaban las violaciones a los derechos humanos y hasta llegaban a proponer un “boicot a la Copa del mundo entre campos de concentración”.
Mientras miles de argentinos sufrían torturas, desapariciones y muertes, la inmensa mayoría esperaba con ansiedad la que la dictadura llamaba “la fiesta de todos”. ¿Negaban la realidad? No, porque los medios de comunicación locales, mitad por censura y mitad por complicidad con los genocidas, pintaban una realidad ficticia. El discurso oficial hablaba de una “campaña anti-Argentina” organizada por el comunismo. Y los militares conocían la ideología de izquierda que defendía Menotti.
-¿Recibió presiones militares por su pensamiento?
-Cantilo contó que muchas veces me quisieron echar pero él no lo aceptó, porque había asumido un compromiso. A mi me había designado el gobierno peronista, no la dictadura.
-Veinticinco años después se sigue vinculando al Mundial con la dictadura, ¿le molesta?
-No, lo que sí me molesta es que los medios de comunicación cómplices de la dictadura la saquen de contexto para relacionarla con él fútbol. El Mundial no lo hice yo ni los jugadores, remarcar eso es una actitud cobarde. Si queremos hablar de política, primero tenemos que ver por qué aparecen los golpes de estado, a quién representan: no lo hacen cuatro militares locos que toman un fusil. Un golpe necesita muchas complicidades, las que primero usan al neoliberalismo de derecha; cuando éste se agota recurre a los militares, y después se infiltra en la democracia... Es muy bueno tener memoria, si queremos debatir analicemos por qué Argentina tuvo a Aramburu (dictadura 1955/58), por qué Onganía (dictadura 1966/70), por qué Videla y los que lo siguieron (dictadura 1976/83) y por qué Menem (presidente democrático 1989/99, de signo neoliberal). Relacionar el Mundial 78 con la dictadura es una postura cómoda, porque si en el último minuto la pelota de Rensenbrink entraba, ¿qué iban a decir? Es minimizar las luchas de los pueblos, como cuando se discute de Cuba: vamos a tener puntos de coincidencia y otros no, pero sacar del contexto una discusión de ideas porque fusilaron a tres, es como decir que el general San Martín (héroe de la independencia argentina) era un tirano porque tuvo que matar a muchos españoles. Los análisis cayeron en la facilidad de recordar a la dictadura a través de la Copa del Mundo. A mi no me hace falta el mundial para recordar la dictadura. La recuerdo porque a mis amigos los torturaban por pensar distinto, los encarcelaban y combatían a la izquierda de una manera criminal...
El análisis de Menotti es compartido por la mayoría de los campeones del 78. Ricardo Villa reflexiona: “Sí, la dictadura nos usó para su propaganda, pero los jugadores no fuimos cómplices de ese juego político porque vivíamos engañados”. El arquero Ubaldo Fillol también desconocía la realidad: “Sólo sabíamos lo que decían los diarios argentinos. Pero ninguno de los jugadores torturó ni mató; al contrario, le dimos una alegría al pueblo”.Leopoldo Luque, autor del segundo gol ante Francia, confiesa que sufrió mucho por la vinculación de esa selección a la dictadura: “Cuando hacía un gol, el pase me lo daba Bertoni o Kempes, no Videla”, destaca. Y Houseman es terminante: “No sabía qué pasaba en el país. Hoy que lo sé, me da asco. Le di la mano a Videla; ahora preferiría cortármela”.Otro tema recurrente es el 6-0 ante Perú que llevó a la Argentina a la final. Se habló de un arreglo entre dictaduras, pero todos lo desmintieron. Cuando Villa, en el final de su carrera, jugó en el Fort Lauderdale de Estados Unidos y fue compañero de Teófilo Cubillas. El astro peruano le juró que “en ese match no hubo nada raro”.
“Meses antes del Mundial le habíamos hecho tres goles en Lima”, recuerda Menotti y explica: “Argentina manejó la pelota a su antojo, al punto que el entrenador casi pierde el puesto. Después le ganamos en Buenos Aires. Perú llegaba a ese partido muy castigado físicamente, destrozado: había jugadores como Manso o Velásquez que no podían moverse. Aguantaron 15 minutos, pero a los 20 había una diferencia enorme. Y las 60.000 personas intimidaban. Nos propusimos hacer dos goles en el primer tiempo: si se daban, el complemento sería favorable para hacer otros dos más. No era imposible, para nada...”.
-Menotti, ¿para quién jugaba esa selección? ¿Para los militares o para el pueblo?
-Esa era la consigna: entremos a la cancha de espaldas al palco y miremos dónde está nuestra gente: ahí, en la tribuna, está papá, los amigos, los vecinos y todas aquellas personas que sienten el fútbol. Pensando en ellos teníamos que mantener la dignidad de nuestro juego. No podíamos traicionarnos, tirar la pelota afuera... El equipo que no abusó de su condición de local, partiendo de un profundo respeto hacia el espectáculo.

”EL TÍTULO NO TIENE DEMASIADA IMPORTANCIA”
A veces las vivencias son tan fuertes que se fijan permanentemente en la memoria. Pero otras, la intensidad de los momentos vividos nunca puede ser igualada por el recuerdo.
-¿Cuáles son la imágenes del Mundial que le vuelven a la mente?
-No tengo un archivo emocional. Disfruto el fútbol partido a partido. Sí recuerdo los momentos, pero dentro de la cancha no se disfruta como lo hace el hincha. Uno se pierde la euforia de la gente, la alegría, de eso se da cuenta con el tiempo.
-¿El Mundial marcó su vida?
-Para mí, el título no tiene demasiada importancia, es un partido que se gana. Sí la tiene el match con Holanda.
-¿Era su equipo modelo?
-Sí, había revolucionado el fútbol. Por suerte le faltaba Cruyff. Fue uno de los grandes equipos de la historia, con Rensenbrink, Neeskens, Krol... Se lo recuerda más que a Alemania campeón.
Cuando el reloj marcaba el último minuto de la final, el alma de 25 millones de argentinos se detuvo por un instante tan efímero como eterno: el cabezazo de Rensenbrink pegaba en el poste derecho de Fillol. Era el 2-1 para Holanda, el fin del sueño. Pero no.
-¿Qué les dijo a los jugadores antes del tiempo suplementario?
-Estaban muy nerviosos, se gritaban entre ellos porque el empate había llegado a 8 minutos del final por error nuestro. Les pedí silencio y que miraran a los holandeses, que estaban en el suelo mientras les hacían masajes. Les dije: “Vamos que ellos están muertos; hay que salir de atrás, apretar la marca arriba, tengamos la pelota haciendo el off-side. Los vamos a pisar, no pueden levantar las piernas”. Corregimos un par de cosas, pero el equipo estaba muy bien físicamente, con una gran entereza y su técnica depurada. Desde ese punto se podía evitar la presión y la dinámica de recuperación que tenía Holanda. No podía presionar contra nosotros, porque venían tres a encerrar a Galván y él salía gambeteando.
-En el momento del silbato final, ¿no deseó sumarse al delirio de la gente?
-Una vez le había dicho a mi colaboradores: ¡Qué lindo sería vivir este mundial como la gente, festejando en las calles!, no encerrado en la concentración. “Si somos campeones del mundo, damos la vuelta en el Obelisco” (el principal monumento de Buenos Aires) nos prometimos. Y al terminar el match recibimos la Copa, le pedí al equipier una camiseta, una gorra, me puse un echarpe y salí en una camioneta hacia allí. Dí la vuelta cantando entre la multitud y nadie sospechaba nada, hasta que uno joven me mira y me grita: “¡Menotti!”. “No, pibe”, le digo y el insistía. Cuando dio el segundo grito yo ya estaba corriendo nuevamente hacia la camioneta. Y volví para la hora de la cena, a la ceremonia de la entrega de medallas.
-Maradona contó cuando volvía de México con la copa en sus brazos, que una extraña sensación de tristeza lo invadió. “Era más lindo soñarla que tenerla”, pensó en un instante, antes de sumarse nuevamente a la alegría colectiva. ¿Les pasó algo parecido?
-Siiiiiii, cuando volvimos al vestuario, exhaustos después de 120 minutos de un combate durísimo, nadie hablaba, estaban todos con la cabeza gacha como si hubiésemos perdido. Les pregunto ¿qué pasa? Y Olguín me miró y me dijo “¿Y ahora qué?”. Y ahora volver a vivir, a hacer lo que hicimos siempre, con la satisfacción del objetivo cumplido. A seguir jugando al fútbol, que es lo que nos gusta.
Más allá de las polémicas y los recuerdos de los años manchados de sangre, los argentinos hoy valoran el título de 1978 por un equipo que ganó respetando un histórico estilo. En medio del horror, el fútbol fue, como suele definirlo Menotti, “una excusa para ser felices”.




El Plantel Completo de la Selección Argentina M´78

Arriba: Daniel Bertoni (la chancha), Leopoldo Luque, Jorge Olguín, Norberto Alonso (el beto), Miguel Oviedo, Rubén Pagnanini, y Daniel Passarella.
Medio: Alberto Tarantini (el conejo), Héctor Valey, Ricardo Villa (villita), Ricardo Lavolpe, Mario Kempes (el matador), Ubaldo Fillol, y Daniel Killer.
Abajo: Américo Gallego (el tolo), Rubén Galván, Omar Larrosa, Luis Galván, Oscar Ortíz, Osvaldo Ardiles, René Houseman (el loco), y Daniel Valencia.
 
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