MEJORES JUGADORES BELGAS DE LA HISTORIA, iNTERNACIONALES BELGAS

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robertomas
view post Posted on 1/3/2010, 22:06





VINCENZO SCIFO
De CLUBES
http://www.elpais.com/articulo/deportes/SELECCIoN_DE_FuTBOL_DE_BeLGICA/MUNDIALES_1986_MeXICO/Enzo/Scifo/elpepidep/19860608elpepidep_22/Tes/

Su padre nació en el pueblecito de Aragona, provincia de Agrigento (Italia), y se vio obligado a emigrar a Bélgica. Era minero, y a los 35 años tuvo que retirarse a causa de una enfermedad contraída bajo tierra. "Su único pensamiento, a partir de ese momento, fue verme llegar arriba". Enzo Scifo, estrella del Anderlecht, tiene 20 años, mide 1,75 metros, pesa 70 kilos y disputó frente a México el pasado martes su partido internacional número 12.El Mundial de México es su segunda gran competición, pues estuvo en la Eurocopa de 1984, donde, curiosamente, se dio a conocer como belga, pues todo el mundo sospechaba que era italiano. En realidad, semanas antes del inicio de la fase final de aquella competición, Enzo debió escoger y prefirió alinearse de inmediato con Bélgica. "Soy belga", comenta, "poseo un pasaporte que me da el derecho de sentirme súbdito del rey Balduino, aunque en el corazón siempre estará Italia, el país de mi padre". Scifo no cree haber dado la vuelta a nada, y menos a Italia, "pues, entre otras razones, porque sólo Bélgica, la federación y el Anderlecht, mostraron interés en que yo tomara una decisión. Jamás recibí noticias de Italia. En Bélgica me ofrecían la posibilidad de participar en un europeo, a los 18 años, al margen de otras ventajas económicas. ¿Debí quedarme prisionero de un sueño?".
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El muchacho no tiene prisa, pese a que en 1984 ya fue elegido jugador del año. "Me gusta que se hable de mí, pues eso demuestra que no soy uno de tantos jugadores que surgen y desaparecen del firmamento futbolístico. Pero me faltan todavía muchas cosas que aprender para jugar en un fútbol tan duro como el italiano o el español. Todos hablan de Italia. No sé si iré algún día, pero, si voy, quiero ir perfectamente formado. No quisiera defraudar a mis tifosi el primer año". Es una persona agradecida y considera que "el Anderlecht es un extraordinario club, que me ofreció en su día un buen contrato, me da experiencia y, además, me posibilita jugar cada año una competición europea".
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Es un muchacho muy familiar, no sólo le preocupa su futuro deportivo, sino incluso el futuro económico de su familia. En eso, al parecer, es semejante a Diego Armando Maradona. "Mi madre me sigue como cualquier enamorada de su hijo pequeño. Mi hermano Giuseppe juega en el Binchel- de serie C. Mi hermana mayor, Angelina, tiene 24 años. Todos formamos una familia, feliz y no quisiera que les faltara nunca nada".

Scifo, aunque no le gusta explicarlo en público, tiene una importante desilusión en su interior. Muchos de sus amigos le han dado la espalda cuando los periódicos y la televisión han empezado a hablar de él. Le duele porque, en el fonda, eran gente como él, hijos de emigrantes. Pero eso son cosas que se olvidan siendo joven, viviendo, jugando, triunfando. Enzo es consciente que este año no forma parte de una selección con el poder de antaño, pero continúa trabajando con la misma ilusión. Tal vez piense que, en momentos determinados, es más útil en el Anderlecht -donde juega en el centro del medio campo- que en la selección, donde Guy Thys lo coloca en la derecha, pero poco importa, "lo importante es ser útil a unos, y otros". Posee un fútbol agradecido, espectacular y fundamentalmente creativo. Con gran imaginación, puede hacer cualquier cosa, entre otras razones porque tiene grandes cualidades técnicas, como, por ejemplo, manejar con la misma soltura las dos piernas. No sólo es polifacético sobre el terreno de juego, también en la vida cotidiana, pues incluso tiene publicado ya un disco, que es una versión francesa de la pieza del cantante italiano Toto Cutugno, titulada Innamorata. Está considerado un niño precoz, futbolísticamente hablando, pues Constant van den Stock, presidente del Anderlecht, llegó a pagar 10 millones de pesetas al club de la Louviera. Scifo tenía 15 años.
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* 1983-1987: RSC Anderlecht
* 1987-1988: Inter de Milán
* 1988-1989: FC Girondins de Bordeaux
* 1989-1991: AJ Auxerre
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* 1991-1994: Torino Calcio
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* 1994-1997: AS Mónaco
* 1997-2000: RSC Anderlecht

Palmarés

* Con RSC Anderlecht:
o 4 Ligas de Bélgica: 1985; 1986; 1987; 2000.
o 2 Copas de Bélgica: 1988; 1989.
o 1 Copa de la Liga de Bélgica: 1999
o 2 Supercopas de Bélgica: 1985; 1987.

* Con Torino Calcio:
o 1 Copa de Italia: 1991.
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* Con AS Mónaco:
o 1 Liga francesa de fútbol: 1997.
De selecciones
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1986 Vincenzo ‘Enzo’ SCIFO (BEL)
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Sólo un doblete de Diego Maradona en semifinales pudo parar el implacable avance de la sólida escuadra belga durante la Copa Mundial de la FIFA México 1986. Al timón de los Diablos Rojos de la época, estaba un superdotado de veinte años provisto de un impresionante bagaje técnico, Vincenzo Enzo Scifo.

Esta joven promesa, hijo de un minero siciliano emigrado a Bélgica, ya tenía por entonces seis años de fútbol en sus alforjas. De chico, como todos los chavales de su barrio de La Louvière, empezó a dar sus primeras patadas al balón en la calle, antes de pasar a integrar a los siete años los equipos alevines de la ciudad. Fue en aquella época cuando lo bautizaron con el sobrenombre de el pequeño Pelé del Tívoli, porque así se llamaba el estadio de La Louvière. En sus cuatro últimas temporadas con el cuadro local, marcó la friolera suma de 432 goles. Sus exhibiciones no pasaron desapercibidas y Scifo firmó enseguida para el Anderlecht, donde continuaría creciendo y marcando goles (135 en tres temporadas) en los cadetes y juveniles de la entidad.

Su debut en el primer equipo tuvo lugar en el mes de agosto de 1983, en un amistoso contra el Barcelona. Allí encandiló a los seguidores del Anderlecht tras realizarse dos caños (pasar la pelota entre las piernas del rival) ante Diego Armando Maradona en persona. Tenía entonces 17 años y una brillante carrera por delante. Pero, inflamado por el ardor propio de la juventud, arrasaba con todo lo que se le ponía por delante, y así se atrajo la animadversión de algunos compañeros de equipo celosos del avance del joven italiano.

Afortunadamente, Paul Van Himst, consciente del potencial de este futbolista en ciernes, lo sacó a relucir durante un partido de liga contra el Waterschei, en el que se ganó definitivamente los galones. En cuestión de meses, la Asociación Belga de Fútbol tramitó todos los documentos necesarios para su nacionalización. De esa manera pudo incorporarse a la selección que disputaría la Eurocopa 1984 en Francia.

Tumbado en pleno vuelo
Elegido Bota de Oro en 1984 (Mejor Jugador de la liga belga), Scifo realizó asimismo una Eurocopa más que honorable. Tras hacerse imprescindible durante la fase previa a la Copa Mundial de la FIFA 1986, llegó a México con fama de genio al mando de una formación muy compenetrada, donde puso de manifiesto una fuerza mental a toda prueba. El pequeño Pelé disputó los siete partidos y firmó dos goles, el primero de ellos en la primera ronda contra Irak (2-1), y el segundo en octavos de final contra la URSS (2-2, 4-3 en la tanda de penales).

A pesar de su juventud, Scifo hacía gala de un desparpajo más propio de un veterano, aunque a veces se complicara la vida. Su habilidad para retener el balón maravilló a los espectadores del encuentro de cuartos de final contra España (1-1, 5-4 en los penales). Pero la aventura belga tocó a su fin en la semifinal contra la Argentina de Maradona, que no había olvidado aquellos dos famosos caños del amistoso de antaño. No obstante, Scifo mantuvo el tipo y en aquella Copa Mundial de la FIFA refrendó su categoría de estrella del fútbol mundial.

Pretendido por los más grandes clubes europeos, al final se decidió por el Inter de Milán, aunque no logró imponerse en el equipo y sólo duró allí una temporada. A partir de entonces entró en una etapa de lesiones, con la consiguiente pérdida de facultades, que lógicamente contrastaba con el arrollador inicio de su carrera. Tras su incierto paso por el Burdeos, Scifo recuperó toda su confianza en el Auxerre bajo la tutela del entrenador Guy Roux. En este periodo de renacimiento, el belga volvió a brillar en la Copa Mundial de la FIFA Italia 1990, donde fue nombrado segundo mejor jugador del torneo tras Lothar Matthäus.

Transcurrida otra temporada a orillas del Yonne, volvió a hacer las maletas para marcharse al Turín italiano, después al Mónaco, y por fin regresó al Anderlecht, doce años después de su estreno en el equipo, con el cual ganó en 2000 un último título de campeón de Bélgica.

Considerado uno de los mejores futbolistas belgas de todos los tiempos, Scifo decidió poner punto final a su carrera atendiendo los consejos de su médico. A sus 34 años, sólo podía jugar valiéndose de infiltraciones debido a su artrosis. Cuando colgó las botas, era jugador, entrenador y vicepresidente del Charleroi belga.

 
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