MUNDIAL BRASIL´50

« Older   Newer »
  Share  
robertomas
view post Posted on 18/5/2009, 14:13




Uruguay 1950

La Celeste se rebeló contra una historia que parecía escrita y consumó uno de los triunfos más grandes de todos los tiempos. El carnaval fue todo uruguayo, luego del triunfo clave ante Suecia por 3-2 en el Pacaembú de San Pablo. Gracias a esa victoria, la Celeste pudo llegar al partido final frente a Brasil con posibilidades de salir campeón. Claro que para eso tenía que ganar en el Maracaná. Y lo consiguió.

La táctica de Juan López el técnico uruguayo fue de un equipo replegado al principio, agrandado luego, entero en lo anímico. Duro y vivo. Míguez se tiraba atrás para tocar, Schiaffino regulaba, Varela empujaba y Ghiggia perforaba.

El plantel

BRITOS, Julio (Peñarol) Delantero
BURGUEÑO, Juan (Danubio) Volante
GAMBETTA, Schubert (Nacional) Defensor
GHIGGIA, Alcídes (Peñarol) Delantero
GONZÁLEZ, Juan Carlos (Peñarol) Defensor
GONZÁLEZ, Matías (Cerro) Defensor
MARTÍNEZ, William (Rampla Juniors) Defensor
MÁSPOLI, Roque (Peñarol) Arquero
MÍGUEZ, Oscar (Peñarol) Delantero
MORÁN, Rubén (Cerro) Delantero
ORTUÑO, Washington (Peñarol) Defensor
PAZ, Aníbal (Nacional) Arquero
PINI, Rodolfo (Nacional) Volante
PÉREZ, Julio (Nacional) Volante
RIJO, Luis (Central), Delantero
RODRÍGUEZ ANDRADE, Víctor (Central) Defensor
ROMERO, Carlos (Danubio) Volante
SCHIAFFINO, Juan (Peñarol) Volante
TEJERA, Eusebio (Nacional) Defensor
VARELA, Obdulio (Peñarol) Volante
VIDAL, Ernesto (Peñarol) Delantero
VILCHES, Héctor (Cerro) Defensor
DT: LÓPEZ, Juan

La final

BRASIL 1, URUGUAY 2
Jugado el 16 de julio de 1950 en el estadio "Maracaná" de Río de Janeiro

BRASIL: Barbosa; Bauer, Augusto (capitán), Juvenal; Zizinho, Danilo, Bigode; Friaça, Ademir, Jair, Chico. DT: Flavio Costa

URUGUAY: Máspoli; Gambetta, Matías González, Tejera; Pérez, O. Varela (capitán), Rodríguez Andrade; Ghiggia, Míguez, Schiaffino, Morán. DT: Juan López

Goles: 47' Friaça (B); 66' Schiaffino (U) y 87' Ghiggia (U)
Arbitro: George Reader (Inglaterra)
Espectadores: 174.000
 
Top
robertomas
view post Posted on 21/5/2009, 01:21




LA NOCHE DEL NEGRO JEFE

Enric González publica en su sección 'Un asunto marginal' de los domingos en El País un artículo sobre el mítico jugador uruguayo Obdulio Varela y aquel maravilloso episodio del maracanazo. En este blog ya se han recogido numerosas entradas sobre el cataclismo brasileño del campeonato del mundo Brasil 1950. Aunque todo se haya contado y sea sabido, los trazos de la vida de Varela son magníficos.


16 de julio de 1950

No volverá a jugarse un partido como el maracanazo, ni existen ya hombres como el Negro Jefe. Se ha escrito mucho sobre aquel día, 16 de julio de 1950, la fecha del fin del mundo, y sobre la hazaña del Negro. Lo realmente épico, sin embargo, fue la noche. El Negro salió a beber, aquella noche. Entre una cosa y otra, la noche del Negro Jefe duró 46 años, y terminó con su muerte, el 2 de agosto de 1996.



Recapitulemos, aunque todo sea ya muy conocido.



Obdulio Jacinto Muiños Varela nació mulato, pobre y asmático en Curva de Industrias (Montevideo) el 20 de septiembre de 1917. Sus padres se separaron y él, como sus hermanos, tuvo que buscarse la vida. Fue limpiabotas y vendedor a domicilio. Empezó a jugar al fútbol, aunque no era muy bueno: ni muy rápido ni muy técnico. Pronto se vio que lo suyo era otra cosa. Lo suyo era el carácter. Los compañeros le obedecían y los rivales le respetaban. Cuando llegó al Wanderers de Montevideo, en 1937, ya era el Negro Jefe, el medio centro, o centrojás (por centre-half), más prestigioso del país.

Nunca perdía los nervios y sabía lo que vale un gesto. Cuando ya estaba en Peñarol, durante un partido contra Nacional, su compañero Montaño recibió una patada salvaje y el árbitro pitó una simple falta. El Negro Jefe cogió el balón y se acercó al árbitro: "Señor juez", dijo, "si alguno de mis futbolistas llega a dar una patada como la que aquel señor acaba de dar, le ruego que lo expulse, porque en mi equipo un jugador que pega así no merece seguir en la cancha".
Peñarol fue uno de los primeros equipos en lucir publicidad en la camiseta. La llevaban todos, menos el Negro Jefe, que se negó. En 1945, tras una victoria de Peñarol sobre el River Plate argentino, los directivos decidieron premiar a todos los jugadores con 250 pesos, y con 500 al Negro Jefe. Que no estuvo de acuerdo: "Yo jugué como todos; si ustedes creen que merecí 500 pesos, son 500 para todos; si ellos merecieron 250, yo también". Y fueron 500 para todos.



Los directivos le odiaban. El sentimiento era recíproco.

Y llegó el maracanazo: la final del Mundial de 1950, Brasil-Uruguay, en el nuevo estadio de Maracaná, con 198.000 entradas vendidas. El torneo se disputó como liguilla, sin eliminatorias, y a Brasil, la mejor selección del momento, le bastaba un empate para alzar el trofeo. A Uruguay se le reservaba el papel de víctima noble, y los propios dirigentes uruguayos asumían ese destino. La arenga en el vestuario fue deprimente: "Con llegar a la final ya han cumplido, traten de no comerse seis goles y jueguen con guante blanco". Mientras recorrían el pasillo entre el vestuario y la cancha, con casi 200.000 voces brasileñas atronando el estadio, el Negro Jefe hizo un discurso distinto: "No piensen en toda esa gente, no miren para arriba, el partido se juega abajo, y si ganamos no va a pasar nada, nunca pasa nada".

Brasil marcó, en el minuto 2 de la segunda parte. Entonces el Negro Jefe tomó el balón bajo el brazo y se dirigió al árbitro inglés para reclamar, con todo respeto, un fuera de juego. El árbitro no le entendió y hubo que llamar a un intérprete. Pasaron varios minutos. El Negro Jefe sabía lo que hacía: ganar tiempo, calmar el ambiente, iniciar una guerra de nervios.

En cuanto se reanudó el juego, el Negro Jefe sólo dijo una palabra a sus compañeros: "Seguidme". En el minuto 17, el uruguayo Schiaffino empató el partido. Y a falta de 10 minutos, el Negro Jefe dio el balón a Ghiggia y éste marcó el 2-1. Fue el fin del mundo. No hubo ni ceremonia final, ni música, ni entrega de trofeos. El Negro Jefe tuvo que arrebatarle la copa de las manos a un desorientado Jules Rimet, presidente de la FIFA. Brasil entero lloraba.

La selección brasileña no jugó otro partido en dos años. Y no volvió a lucir el color blanco que vestía hasta el maracanazo.

En esa noche amarga de Brasil, el Negro Jefe se negó a celebrar la victoria con sus compañeros. Se marchó a recorrer bares, triste por los vencidos. Acabó bebiendo y consolándose con varios aficionados brasileños. Al día siguiente no quiso fotos, ni compartir festejos con los federativos. No sentía ningún ardor patriótico. ¿La explicación? "Mi patria es la gente que sufre". Le dieron un dinero y compró un coche viejo, de 1931; se lo robaron a la semana siguiente.

Se retiró en 1955 para vivir en la pobreza con su mujer, y siguió rumiando, como si la noche del maracanazo fuera infinita, su desprecio por los dirigentes y su compasión por los brasileños. "Ganamos porque ganamos, nada más", afirmó, muchos años más tarde. "Nos llenaron de pelotazos, fue un disparate. Jugamos cien veces, y sólo ganamos ésa". Los más grandes escritores de fútbol, Fontanarrosa, Soriano, Galeano, publicaron obras sobre el Negro Jefe.

Obdulio Varela, el Negro Jefe, murió en 1996, meses después de morir su mujer. Sus botas de Maracaná y su camiseta, con el número 5, se guardan en la Federación Uruguaya. Al final, hasta eso se quedaron los dirigentes. -
 
Top
robertomas
view post Posted on 31/5/2009, 13:48





Obdulio Jacinto Varela, Uruguay

Obdulio Jacinto Muiños Varela (Montevideo, Uruguay, 20 de septiembre de 1917 - 2 de agosto de 1996) futbolista uruguayo apodado "El Negro Jefe". Popularmente fue conocido con su apellido materno, Varela. Jugó en el Club Deportivo Juventud y en 1937 pasó al Club Wanderers. En 1943 fue transferido a Peñarol, donde ganó los campeonatos de 1944, 1945, 1949, 1951, 1953 y 1954. Con la selección uruguaya ganó el campeonato sudamericano de 1942. Debutó en la selección uruguaya en 1939.

Fue capitán del equipo uruguayo que ganó la Copa Mundial de 1950 ante la Selección de Brasil, en lo que se conoce como el Maracanazo, sin duda la más grande hazaña que se haya visto en un campeonato mundial de fútbol. También jugó el mundial de Suiza 1954. Con él en la cancha, Uruguay no conoció la derrota en su trayectoria mundialista.

Obdulio Varela es uno de los más grandes héroes el fútbol uruguayo; hizo mítica la camiseta número 5 de su selección, él paró a Brasil y le dio valor a Uruguay, anulando los pronósticos realizados, y se considera que Uruguay obtuvo el campeonato de 1950 gracias a él. Sin embargo, y a pesar de que cuando se pronuncia el apodo de "Negro Jefe" los uruguayos se llenan de orgullo y satisfacción, no fue recompensado por lo que hizo; nació, vivió y murió en la pobreza.
 
Top
robertomas
view post Posted on 24/2/2010, 16:05




El estallido de la Segunda Guerra Mundial hizo que el campeonato del mundo acabara sepultado entre los escombros desde 1938 hasta 1950. Fue una época muy gris para el deporte en general y el fútbol no iba a ser una excepción. Intentando amenazar a la situación de momento, la FIFA decidió organizar el cuarto Mundial de la historia en 1942 con las posibilidades de la Alemania nazi, Argentina y Brasil como sedes. Sin embargo esa edición llegó en 1950 de la mano del país brasileño.

Después de varios años de que finalizara el conflicto bélico más devastador de la historia, el fútbol volvió a resurgir con todo su esplendor y en el Mundial de 1950 una selección se iba a coronar como la reina del mundo: Uruguay, que logró de esta forma hacerse con su segundo campeonato del mundo. Por su parte, la selección española realizó una primera fase impecable para acabar el campeonato en cuarta posición.

La final de Brasil '50 será recordada por siempre, ya que la selección uruguaya logró impornerse de forma espectacular a la anfitriona en uno de los estadios más importantes del momento, Maracaná. La 'celeste' ganó contra todo pronóstico a la 'verde-amarela' por 2-1 en un encuentro que fue bautizado como 'Maracanazo'. Por primera vez un Mundial pasaría a los libros de historia por ser uno de los más emocionantes.
 
Top
robertomas
view post Posted on 16/5/2010, 08:30





ENCICLOPEDIA MUNDIALISTA:


Uruguay 1950, Maracanazo y los de afuera son de palo
Tras doce años sin mundiales, Brasil organizó todo para quedarse con la Jules Rimet pero hubo un invitado que se vistió de gala y se quedó con el tradicional trofeo. El Maracanazo llegó y como estandarte tuvo al gran Obdulio Varela, encargado de regalarle al pueblo uruguayo la alegría más grande de su historia futbolística.


03/04/2010 11:15:00

TODO EL MUNDIAL 2010 SE VIVE EN GOAL.COM

Por Ezequiel Juariste.- (Twitter)

El Mundial de Brasil 1950 era un certamen hecho a la medida de la canarinha. Dentro del país se vivía la sensación de que todos los factores condenaban a la victoria amarella. Luego de 12 años sin disputarse el torneo ecuménico, el referido volvía con la alegría de los brasileños y las ausencias que la resaca de la II Guerra Mundial había dejado.

Países como la Unión Soviética, Austria, Bélgica, Birmania, Siria decidieron no participar por sus falencias estructurales. Francia, Turquía, Portugal, Ecuador, Filipinas y Perú, no se subieron al barco debido al bajo nivel de sus seleccionados. La Argentina no participó en protesta a un conflicto que mantenía con la Confederación Brasileña de Fútbol y Alemania nunca fue invitada por la FIFA a causa de los crímenes nazis de la década del 40'.

Además del país organizador, doce seleccionados llegaban a la tierra de la zamba, la tierra del orden y el progreso: España, Suecia, Yugoslavia, Suiza, Italia, Inglaterra, Chile, Estados Unidos, Paraguay, Bolivia, México y el ganador del primer Mundial de la historia, Uruguay.

Divididos en grupos, consiguieron prevalecer para avanzar a la rueda final Brasil, Suecia, España y Uruguay quienes también pelearían en el cuadrangular final. Se convierte así este en la mejor ubicación que ocupó La Roja en la historia de los Mundiales, quedando finalmente en la cuarta posición. En las calles se palpitaba la gloria. Brasil se imponía de forma contundente a Suecia 7-1 y a España 6-1, tan sólo un empate ante La Celeste capitaneada por Obdulio Varela le daría su primer título.

El Maracanazo, mitos, creencias y realidades

En Brasil, era tal la expectación que el 16 de julio de 1950 se paró el país. La alegría y la ilusión se vestían de amarillo por las calles de Río de Janeiro. Tarde soleada, doscientos mil espectadores se dieron cita en el estadio Maracaná, el más grande del Mundo y en el que los presentes palpitaban el festejo final, un antes y un después, un sueño hecho realidad. Todo estaba presto para la fiesta. Pero todo se convirtió de golpe en una auténtica tragedia que hoy perdura en lo más profundo de cada carioca que sentía que esa era la oportunidad real para meterse en el planeta fútbol donde nunca antes se había estado.

Brasil-Uruguay, por un lado la confianza intacta y hasta las medallas de los campeones con los nombres verdeamarelhos, nadie pensaba en otra cosa que no sea una goleada. De hecho, los directivos celestes pidieron a sus jugadores una 'derrota decorosa', un partido perdido por menos de cuatro goles.

Fue así que entre marcas y tambores salían los equipos al césped del estadio y las voces de los aficionados no paraban de gritar, el portero uruguayo Roque Maspoli le entregaba una indicación al entrenador para que los atacantes contrarios no tiren centros a lo que Juan López le respondió: “Bueno muchachos, ahora un huevo en cada zapato y vamos para arriba”.

Palabras simples, indicaciones cortas del míster que calaron hondo en los sentimientos de los jugadores que comenzaron el encuentro como leones que salían de la jaula tras un tiempo largo sin poder cazar una presa, de todos modos, el primer gol llegaría y Friaca, comenzando la primera etapa hacía estallar de júbilo a un Maracaná que hasta el momento estaba en silencio.

Fue ahí, cuando la picardía del capitán charrúa salió a flote. Obdulio Varela, pillo, vivo, y conocedor de la posible reacción de los locales ante el primer gol decidió realizar un largo reclamo al colegiado por una supuesta posición adelantada que nunca existió. Un tiempo largo pasó el capitán enfriando el encuentro y, según dice cada protagonista, esa fue una de las claves para la victoria charrúa.

Y en el entretiempo, en el vestuario uruguayo se escuchó: ”No piensen en toda esa gente, no miren para arriba, el partido se juega abajo y si ganamos no va a pasar nada, nunca pasó nada”, fueron las palabras que se escucharon desde la boca del gran capitán Obdulio Varela. En seguida, se escuchó desde la boca de Schubert Gambetta: “Los de afuera son de palo”.

En la segunda parte, Maspoli respondió con sobriedad. Entonces, primero Schiaffino y después Ghiggia le dieron la victoria a La Celeste que no solo aguantó el resultado sino que fue capaz de hacer callar a un país entero. Un pueblo quedó atónito y no solo se suicidaron más de una decena de personas sino quien cargó la cruz por el resto de su vida fue el portero brasileño Moacyr Barbosa, un auténtico as de la portería que quedó marcado a fuego por el resto de su vida.

Tras la finalización, la catástrofe y luego de varios años Jules Rimet tendría unas palabras claras, contundentes y desde un plano hasta lógicas: "...Todo estaba previsto, excepto el triunfo de Uruguay. Al término del partido yo debía entregar la copa al capitán del equipo campeón. Una vistosa guardia de honor se formaría desde el túnel hasta el centro del campo de juego, donde estaría esperándome el capitán del equipo vencedor (naturalmente Brasil). Preparé mi discurso y me fui a los vestuarios pocos minutos antes de finalizar el partido (estaban empatando 1 a 1 y el empate clasificaba campeón al equipo local). Pero cuando caminaba por los pasillos se interrumpió el griterío infernal. A la salida del túnel, un silencio desolador dominaba el estadio. Ni guardia de honor, ni himno nacional, ni discurso, ni entrega solemne. Me encontré solo, con la copa en mis brazos y sin saber que hacer. En el tumulto terminé por descubrir al capitán uruguayo, Obdulio Varela, y casi a escondidas le entregué la estatuilla de oro, estrechándole la mano y me retiré sin poder decirle una sola palabra de felicitación para su equipo... ”.

El Mundial de Brasil 1950 será recordado por la decepción local, por los cojones de Varela y la plantilla charrúa, y sobre todo, porque fue la confirmación del viejo refrán futbolístico que reza que los partidos se ganan en la cancha. ‘Los de afuera son de palo, Uruguay que no, ni no’.

 
Top
5 replies since 18/5/2009, 14:13   1449 views
  Share