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La Real Sociedad gana su primer partido en Europa barriendo al Inter de Milán
Cabezazo de Alonso, una de las diversas ocasiones de gol que tuvo la Real Sociedad.
Hicieron falta tres participaciones, cuatro eliminatorias y ocho partidos para que la Real Sociedad lograse su primer triunfo europeo. Fue en la temporada 1979/1980 en la que el club txuri-urdin logró el ansiado éxito a nivel continental. Se vencía con brillantez al Inter de Milán pero quedó el regusto amargo que el triunfo no sirvió para mucho pues la Real quedaba eliminada en la primera ronda de la Copa de la UEFA por un sólo gol. Quedaban atrás la dolorosa eliminación ante el Banik Ostrava checoslovaco en el debut cinco años atrás, la superación de una eliminatoria ante el Grasshopper suizo tras empatar en ambos encuentros y finalmente el duro correctivo que se recibiría del Liverpool en la temporada 1975/76 (1-9 en el global de la eliminatoria).
Se llenó Atotxa para contemplar el intento de la Real Sociedad de dar la vuelta al 0-3 adverso que se traía del partido de ida disputado en San Siro. Y muy cerca estuvo, se quedó a un sólo tanto de forzar una prórroga tras derrotar por dos goles a cero al Inter de Milán que desquició al público y jugadores realistas debido a las numerosas pérdidas de tiempo y al excesivo ‘teatro’ que le echaron sus jugadores, dejándose caer sobre el terreno de juego sin estar lesionados.
El equipo italiano confiado del favorable marcador de la ida, salió al terreno de juego con el único propósito de defender el resultado y estuvo a punto de pagarlo muy caro. Además de los dos goles, los vascos crearon numerosas ocasiones de gol, mandaron dos balones a la madera y le escamotearon un claro penalti cometido sobre López Ufarte que el colegiado inglés no quiso señalar. El club nero-azurri sólo gozó de una oportunidad de marcar en un cabezazo a bocajarro de Muraro que salvó en una estupenda intervención Arconada.
La Real Sociedad salió desde el pitido inicial desplegando un juego rápido, valiente, con coraje y superando en todo momento al rival. En el minuto 3, López Ufarte era zancadilleado por Canuti dentro del área pero el colegiado inglés no pitó el penalti. Viendo la avalancha de juego txuri-urdin a los interistas no les quedó más remedio que detenerla a base de faltas y juego subterráneo. Sin llegar al minuto 5, Pasinato veía la tarjeta amarilla al agredir sin balón a Idigoras. Fue este extremo quien a continuación creo la primera ocasión ante la meta del Inter. Su remate era enviado a corner por el meta Bordon.
La siguiente oportunidad donostiarra llegaba en el minuto 12 cuando Alonso en un cabezazo estrellaba el balón en el larguero. El juego de la Real Sociedad hacía vibrar a sus aficionados. El primer gol no tardó más en llegar. En el minuto 21 un centro de Diego es cabeceado por Alonso hacia la zona donde se haya Satrústegui quien remata flojo, pero el meta Bordon no logra blocarlo. En el rechace y en medio de un gran barullo, el ariete donostiarra logra meter el balón dentro de la portería del Inter.
El conjunto blanquiazul sigue buscando la meta rival con ahínco especialmente en las jugadas que crea Roberto López Ufarte. El marcador no se mueve hasta el descanso a pesar de las ocasiones que tienen Diego y Alonso además de una jugada magistral de López Ufarte en el minuto 45. Un balón sale rozando el poste ante la mirada de los atacantes realistas y los defensores interistas.
Un balón sale rozando el poste ante la mirada de los atacantes realistas y los defensores interistas.
En la segunda mitad nada cambió. La Real Sociedad obligó al Inter a seguir encerrado en su área gracias a un sinfín de jugadas y numerosos saques de esquina. Los italianos fueron incapaces de buscar la portería de Arconada dedicándose a perder tiempo, tirándose al suelo sin motivo, que derivaron durante el partido en dos peleas en las que se enzarzaron jugadores de ambos equipos pero que no llegaron a mayores. Antes del segundo gol, Satrústegui tuvo una ocasión de oro para marcar cuando en un remate y con el portero batido, el poste repelió el balón. En el minuto 78, Alonso realiza una gran jugada por la izquierda apoyado por López Ufarte, profundiza hasta la línea de fondo para enviar un pase atrás a Satrústegui, que empalma un gran tiro con la pierna izquierda.
Los últimos minutos fueron de intensa presión en busca de un tanto que diese paso a la prórroga, con el público en pie, animando al equipo, pero el gol no llegó ante un Inter que estuvo contra las cuerdas ante el empuje final. La Real Sociedad caía eliminada injustamente pero había conocido la fórmula para saber cómo se ganan las batallas continentales.
Real Sociedad de Fútbol – Internazionale FC (2-0) Miércoles, 3/10/1979 (20:00 h). Atotxa (Donostia-San Sebastián): 18.198 espectadores. Árbitro: Patrick Partridge (ENG). Mostró tarjeta amarilla a Pasinato, Gajate, Paressi, Becalosí, Marini, López Ufarte y Bordón. Goles: 1-0 Satrústegui 21′; 2-0 Satrústegui 77′. Incidencias: En el minuto 43 un bote de cerveza alcanzó a Becalosi.
Real Sociedad de Fútbol: Luis Miguel Arconada; Genaro Celayeta, Agustín Gajate, Iñaki Kortabarría (José Agustín Aranzábal ‘Gaztelu’ 57′), Julio Olaizola (Salvador Iriarte 86′); José Diego Álvarez, Miguel Ángel Alonso, Jesús María Zamora; Santiago Idígoras, Jesús María Satrústegui, Roberto López Ufarte. Entrenador: Luis Alberto Ormaechea.
Internazionale FC: Ivano Bordon; Giuseppe Baresi, Roberto Mozzini, Graziano Bini, Nazzareno Canuti; Giancarlo Pasinato, Giampiero Marini, Gabriele Oriali (Franco Pancheri 65′), Evaristo Beccalossi; Alessandro Altobelli (Domenico Caso 78′), Carlo Muraro. Entrenador: Eugenio Bersellini.
REAL SOCIEDAD - HAMBURGO
"No somos nadie" *
El partido más importante de la historia de la Real Sociedad es uno que no se llegó a jugar. La final de la Copa de Europa de la temporada 82-83. ¡Qué cerca estuvo el equipo txuri-urdin de lograr la hazaña continental con la que pocos se atrevieron a soñar! Un gol en fuera de juego ante el todopoderoso Hamburgo alemán, que después vencería en la final a la Juventus, destrozó la ilusión de la Real. Una ilusión que siempre nos va a parecer imposible pero que en abril de 1983 estuvo tan cerca que produce vértigo sólo pensarlo.
Vikingur, Celtic y Sporting de Lisboa cayeron para que la Real llegara hasta las semifinales de la máxima competición europea. Y allí el rival fue el Hamburgo, un equipo imponente, seguramente superior al de Alberto Ormaetxea, pero que al final necesitó de ayuda externa para poder eliminar a los realistas.
Ya quedó claro en el partido de ida que los alemanes eran un conjunto superior. Pudieron ganar con claridad en Atotxa, cuyo público reconoció con aplausos la maestría del Hamburgo en varios lances del encuentro, incluido su gol. Pero un tanto de Gajate a 16 minutos del final dejó abiertas la eliminatoria para la vuelta. 1-1 en San Sebastián y Ormaetxea advirtió: “No vamos eliminados”.
Y eso que el potencial de los teutones no fue el único escollo que tuvo que salvar la Real para hacer frente a esta eliminatoria. Kortabarria y Satrústegui no pudieron jugar ni un solo minuto por lesión y Zamora se perdió la vuelta por el mismo motivo. El centro del campo que pudo sacar Ormaetxea en el Volsparkstadion poco tenía que ver con el de la Real campeona. Pero Larrañaga, Zubillaga, Orbegozo y Diego dieron la cara. Como todo el equipo.
El planteamiento de Ormaetxea fue defensivo. No había otra posibilidad ante las bajas y ante el enorme rival que tenía enfrente. Y ahí dos realistas sobresalieron con un brillo impresionante. Arconada, siempre Arconada, lo paró todo. Por alto y en las salidas, un coloso. Y Górriz, que ya se había hecho grande en los dos títulos de Liga ganados por la Real, demostró que era el perfecto heredero de los galones de Kortabarria. Hrubesch, el delantero germano al que tuvo que marcar, ni olió el balón durante los 90 minutos.
Pero si en el aspecto defensivo la Real estuvo sublime, el ofensivo costó mucho más. En la primera mitad, sólo hubo dos intentos de contraataque que no se pudieron culminar. La Real estaba obligada a marcar para pasar la eliminatoria, por lo que los alemanes esperaban que los de Ormaetxea se lanzaran arriba en busca de ese gol para aprovechar los huecos. No sucedieron así las cosas. La Real salió tras el descanso dispuesta a plantar cara, pero sin descuidar nada atrás. Fueron 45 minutos jugados de poder a poder.
Un cambio resultó decisivo, para bien y para mal. El de Bakero por Uralde. Porque Uralde era el encargado de marcar a Jakobs en las jugadas a balón parado y en un corner llegó el gol de Jakobs. 1-0. Minuto 76. Con sólo catorce minutos por jugar, el Hamburgo se ve ya en la final. Pero sólo cuatro minutos después del tanto alemán, Bakero, precisamente Bakero, lanza un contraataque. Este es el bueno. El balón llega a Diego, que avanza y lanza un cañonazo con su pierna derecha. Por toda la escuadra. No es un solo un gol. Es un golazo.
El que tendría que llevar a la prórroga ante la incredulidad de los once jugadores alemanes, que comienzan a darse gritos entre ellos, y de los 50.000 aficionados que pueblan las gradas. La final parece un poco más cerca. Pero aquí, como en tantos otros momentos de la historia txuri-urdin, llegó la desgracia. Esta vez, con nombre de árbitro. Con el nombre del suizo Galler.
En el minuto 83, tras un saque de esquina y un primer disparo que rebota en la defensa, el balón cae a los pies de Hessen. Está en fuera de juego. Y se ve con claridad porque el alemán estaba parado cuando le llega el balón Pero el suizo no lo marca. Arconada sale corriendo tras el árbitro. “Él ya se dio cuenta bien de lo que había hecho, pero no había posibilidad de nada”, afirmó después el capitán realista. Toda la Real protesta. No sirve de nada.
“Como no somos nadie todavía en Europa, ha pitado gol”, resumía Zamora desde su casa. Para ahondar en la desgracia, el linier que dio validez al tanto era alemán. El asistente original sufrió una lesión en el tobillo y el alemán Horeis, al que algún periódico local calificó de “héroe”, ocupó su lugar tras el descanso. Esa lesión provocó un retraso de siete minutos en la segunda mitad. A la Real, probablemente, le costó la final de la Copa de Europa. La gloria estuvo ahí, a un paso. Pero, a pesar de la derrota, la leyenda de aquel mítico conjunto txuri-urdin también se fraguó en Hamburgo.
Real Sociedad Copa Uefa 1975/76
En esta ocasión el primer rival de la Real fue el equipo suizo del Grashopper. El partido de ida se disputó en Suiza el 16 de septiembre de 1975 y los realistas se trajeron un valioso empate a 3 goles. Se adelantaron los suizos con dos goles de Elsener y Santrac pero dos goles de Satrustegi devolvieron la igualdad al marcador. Nuevamente Bosco adelantó al Grashopper pero Luciano Murillo logró el gol del definitivo empate. El partido de vuelta en Atotxa concluyó con empate a 1 con goles de Urreisti y Santrac. La Real se clasificó para la siguiente ronda gracias al doble valor de los goles obtenidos en campo contrario.
El segundo rival de la Real Sociedad fue uno de los grandes equipos del momento, el Liverpool, que se impuso claramente en ambos partidos. En el primero disputado en Atotxa por 3 goles a 1 y en el disputado en Anfield Road por 6 a 0.
Como dato curioso se puede destacar que en el partido de ida disputado en Atotxa se produjo el debut de Luis Arkonada en la Real Sociedad. Por otra parte, en el equipo inglés, militaba un jugador que será en el futuro parte importante de nuestra historia: John Benjamín Toshack.
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