Como Aragonés, Pereira y LeivinhaJuan F. Cía · La afición del Atlético de Madrid será inmensamente feliz si su equipo vence en el Bernabéu. En ese caso, tal vez ese sentimiento se parezca al experimentado por la afición bilbaína por la clasificación de su Athletic para la final de la Copa del Rey. Mucho tiempo sin sentir algo tan especial acumula el deseo de vivirlo intensamente. Aunque la historia reciente indica que el Real Madrid podría volver a imponerse como un gesto que se repite un año tras otro, clásicos como Luis Aragonés, Luiz Edmundo Pereira y João Leiva, Leivinha, muestran la importancia real del derbi.
El Atlético lleva 10 años sin vencer en Liga al Real Madrid en su feudo de la Castellana. La última vez que los aficionados rojiblancos pudieron celebrar un triunfo tan deseado fue en la temporada 1999-2000, cuando los colchoneros, entrenados por Claudio Ranieri, se impusieron en el Bernabéu por 1-3 con dos goles del delantero holandés Jimmy Floyd Hasselbaink y otro de José Mari. Una alegría inmensa que quedaría reducida a cenizas con su descenso a Segunda División.
Luiz Pereira
Esa situación fue una enseñanza histórica de una enorme potencia. Es importante ganar a los madridistas en el teatro blanco, pero lo es aún más conseguir los objetivos de la campaña o superarlos. Ganar en el Bernabéu sólo será una anécdota si a final de temporada el Atlético de Madrid ha sido incapaz de clasificarse para la Liga de Campeones. Los equipos colchoneros de 1975 a 1977, dirigidos por Aragonés y con la presencia magnética de Pereira y Leivinha, no ganaron al Real Madrid en la Castellana, pero fueron campeones de Copa (los extranjeros no podían jugarla) y de Liga.
En 1975, el Atlético de Madrid consigue la contratación de dos fenómenos brasileños procedentes del Palmeiras. Pereira era un central con una capacidad asombrosa para sacar el balón desde atrás, lo que le convertía en el primer futbolista ofensivo del equipo. Era un jugador diferente, de enorme calidad y un sentido táctico casi perfecto. Un verdadero Franz Beckenbauer brasileño.
Leivinha era un delantero estéticamente maravilloso, capaz de tejer jugadas con sus compañeros con una gran facilidad, un virtuoso con el balón en los pies, de regate eléctrico y buen remate a puerta. El delantero brasileño disputó 82 partidos de Liga como rojiblanco y anotó 40 goles. Sus lesiones no le permitieron tener toda la continuidad que hubiera deseado en el equipo.
La temporada 1975-1976, el Atlético de Madrid quedó tercero con 42 puntos, por detras del Real Madrid (campeón de Liga con 48) y el Barcelona (43). Ese año, el Bernabéu fue testigo de una victoria aún más importante que un derbi. El 26 de junio de 1976, los colchoneros se enfrentaron al Zaragoza en la final de Copa y con un gol de José Eulogio Gárate salieron campeones. El tercer puesto y el triunfo en la competición copera colocaron al Atlético en disposición de aspirar a algo más en la temporada siguiente.
La incorporación del goleador argentino Rubén Cano, que llegó procedente del Elche, y los buenos mimbres de una plantilla que disfrutaba de jugadores como los ya mencionados más Miguel Reina, Cacho Heredia, Rubén Osvaldo ‘Panadero’ Díaz, Rubén Ayala, Marcelino, Leal o Bermejo, por poner algunos ejemplos, conformaron un equipo con posibilidades reales de ser campeón de Liga. Y lo consiguieron, con una victoria por 4-0 en el Calderón ante el Real Madrid y un 1-1 en casa del vecino a la vuelta, con el que se proclamaron campeones en la penúltima jornada. No ganaron en el Bernabéu, pero consiguieron el reto.
Este año, el Atlético de Madrid no aspira a ser campeón de Liga, pero sí a acceder de nuevo a la máxima competición europea. Estoy seguro que, como hicieron Aragonés, Pereira y Leivinha, el entrenador Abel Resino (también con un pasado como jugador atlético) y los delanteros Sergio Agüero y Diego Forlán cambiarían su posible victoria en el Bernabéu por estar entre los cuatro primeros. Lo importante es la meta final, no las batallas particulares.