SELECCION ARGENTINA

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robertomas
view post Posted on 24/5/2009, 04:31 by: robertomas




La Era Basile 91/94
Hoy vamos a recorrer lo que fue la última era realmente exitosa de un técnico argentino al frente de la Selección Nacional.
Después del final de la Era Bilardo 1983/1990, dónde se habían conseguido un campeonato del mundo y un subcampeonato, Bilardo se apartó del seleccionado, como así también Diego Maradona. Eran tiempos de cambio, el final de la participación de jugadores como Simón, Dezzotti, Batista, Giusti, Olarticoechea o Burruchaga.
Los candidatos a suceder al Dr. Bidones eran muchos. Entre los principales estaba Daniel Alberto Passarella, que en su primer año como DT había conseguido el título 89/90 (a medias con Merlo) y el subcampeonato Apertura 90, el primer campeonato corto, a manos del Newell´s de Bielsa. Veira era otro de los candidatos.
Pero Don Julio Humberto I Rey de la AFA tiró el tablero: el elegido era Alfio Rubén Oscar Carlos Basile, técnico del Racing Campeón de la Supercopa 88, quién también había hecho una buena campaña en Vélez y Racing de Córdoba. Sí, se llama así.
Basile era un técnico que nada tenía que ver con Bilardo. Más cercano a Menotti, Basile era un motivador, que dejaba a los jugadores más libres para la creación. Un técnico que era considerado como ofensivo.
El primer partido fue contra Hungría en la Bombonera: 2-0, goles de Franco y Mohamed. El nuevo equipo tenía nombres como Astrada, Boldrini, Villareal, Simeone, Ferreyra, Bisconti, el Turco García, los mismos Mohamed y Franco, Fabián Basualdo, Latorre o Gamboa, más la experiencia de Ruggeri y Goycoechea.
Siguieron los amistosos antes del primer gran objetivo, la Copa América de Chile en junio del ’91. Entre los partidos más importantes se hallaron un empate contra Brasil 3-3 en Vélez, triunfo contra USA 1-0, y una gira por el Reino Unido dónde se empató 1-1 con CEI, la “Comunidad de Estados Independientes”, ex URSS, y un espectacular 2-2 ante Inglaterra en el mismísimo Wembley, luego de ir cayendo 0-2 con dos goles de cabeza de Lineker y David Platt. Lo curioso es que Argentina empató el partido con otros dos goles de cabeza, del Turco García y Darío Franco. Justamente esa una de las mejores armas del equipo Nacional: el poderío aéreo. Y lo demostraría en la Copa América.


-Gamboa Y Lineker, en el histórico 2-2 en Wembley. Gamboa jugó de volante central y fué reemplazado

El último amistoso fue una prueba de fuego: ante Brasil en el mismo Maracaná. Un aburrido 0-0, pero que sirve como hito para tomar como referencia un debut: ese día hizo su primera aparición con la celeste y blanca un hombre que iba a hacer historia: Gabriel Omar Batistuta, que se había ganado su lugar como centrodelantero a fuerza de goles en Boca. También se sumaba Claudio Paul Caniggia.


-Batistuta debutó ante Brasil en el 91

En aquélla Copa América se jugó por última vez en dos grupos de 5, y los dos primeros avanzaban a la ronda final, 4 equipos todos contra todos, como en Brasil ’89.
El debut fue ante lo que era en aquél momento el equipo más débil del continente: Venezuela. 3-0, con dos goles de Batistuta y uno de Caniggia.
El segundo partido fué contra el local, el Chile de Zamorano y Pizarro. Fue 1-0, con un golazo de Batistuta a falta de ‘10, en una pared con Leo Rodríguez, que a esa altura ya le había ganado el puesto a un intermitente Latorre como “enganche”. El partido más complicado del grupo había pasado.
Paraguay era un duro escollo también, aunque no tan difícil de enfrentar como lo sería más adelante. Goles de Batistuta, Simeone, Astrada (!) y la frutilla del postre, un go-la-zo de Caniggia, desparramando a dos defensores con su clásica velocidad y dejando sentado a José Luis Félix “aparte una cosa” Chilavert, para rubricar un 4-1 que sería la mejor demostración del poderío del equipo en la Copa.

El Equipo titular era: Goycoechea; Basualdo, Sergio Vázquez , Ruggeri [c], Enrique; Franco, Astrada, Simeone; Rodríguez; Caniggia, Batistuta.

Ya clasificados y con la primera colocación asegurada, Basile armó un equipo completamente con suplentes, jugadores de la talla (?) de Lanari, Altamirano, Craviotto, Giunta, García, Gamboa, Medina Bello, para enfrentar a Perú. 3-2, nada mal para ser el segundo equipo. Latorre, Craviotto y Claudio García los goles.
La zona final estaba conformada por Argentina, Chile, Brasil y Colombia.
Argentina arrancó jugando ante Brasil en lo que fue una verdadera guerra: el partido terminó 3-2, Argentina hizo los tres goles de cabeza, le expulsaron dos jugadores (Enrique, que pisó a un rival Stoichkov style pero no pudo disimular, y Caniggia, quién reaccionó ante las muchas patadas que pegaron los brasucas) y a Brasil le echaron TRES jugadores. En aquélla época Brasil no era tan favorecido como lo es hoy, a partir de USA 94 y el marketing. De ahí las tres –merecidas, esos sí- expulsiones. Ruggeri terminó con un ojo negro. Los goles fueron de Darío Franco –dos- y Batistuta.
El siguiente partido fué otra vez ante los locales. Durante todo el día había diluviado como nunca antes en Santiago, la cancha estaba imposible, y el partido terminó 0-0.
Argentina debía ganarle a Colombia si quería ganar el título. Con un gol de cabeza de Simeone y un derechazo de Batistuta –goleador del torneo- Argentina ganó 2-1 en una cancha que todavía sufría las inclemencias del tiempo (se jugaba cada dos días).
Así fue como Argentina ganaba un título que se le negaba desde 1957. El equipo era un disfrute. Y todavía seguía invicto. La gente contaba los partidos invictos del equipo.

-Leo Rodríguez la rompió en el 91, eso le alcanzó para ser fija en los equipos de Basile. Nunca volvió a alcanzar ese nivel

-Redondo le dijo que no a todos menos a Basile.

Durante el año ‘92 no hubo mucho, salvo la Copa Kirin ganada en Japón contra Gales y Japón con –más- goles de Batistuta, la Copa Rey Fahd , (la primera Confederaciones) en Arabia, donde el equipo se lució ante rivales de muy poco fuste como Costa de Marfil y Arabia Saudita, (dónde se sumaba un jugador del gusto de Basile, Fernando Redondo, estrella del Tenerife de Valdano) o los pobres amistosos ante “Resto de América” y “Resto del Mundo”, que bien podrían haber sido llamado “LOS RESTOS del mundo.” Amistosos ganados, por supuesto.
El año 93 sería ajetreado, venía la Copa América de Ecuador y las Eliminatorias de Septiembre, el último año que se jugarían en partidos seguidos.
Para empezar, dos partidos importantes en la misma semana: Brasil en el Monumental (1-1, gol de Mancuso) y un triunfo ante Dinamarca –campeón de Europa- por la Copa Artemio Franchi, por penales y después de igualar en 120 minutos 1-1, en Mar del Plata.
Esos dos partidos sirvieron para la vuelta de Diego Maradona a la selección. Maradona militaba en ese entonces en el Sevilla. Después de venir a jugar esos partidos, Diego se peleaba con Bilardo y dejaba Sevilla, y también la selección, lo que le impidió jugar la Copa América.
La Copa América del 93 no fue un paseo como la del 91. El equipo empezaba a mostrar falencias en su funcionamiento. Un par de meses antes había sido suspendido Claudio Caniggia, y el equipo lo había sentido, como también lo de Maradona.
El equipo ganó la Copa América, sin brillo pero dejando todo, ganando por penales ante Brasil y Colombia y venciendo en la final al México de Jorge Campos por 2-1 con dos goles de Batistuta.

Venían las eliminatorias, y Argentina comenzó ganando 1-0 en Perú. Otro triunfo, quizás un de los mejores partidos de la Era, fue un 3-1 ante Paraguay, con un golazo de Redondo arrancando desde atrás y tirando paredes con Villareal.
En Barranquilla Argentina caería –con baile y sacándola barata- 2-1. Se caía un invicto de 33 partidos.
Se venían las revanchas, esta vez, como local. 2-1 a Perú con un golazo de Medina Bello de taco, aunque se terminó pidiendo la hora. El 0-0 contra Paraguay preocupó.
El partido contra los cafeteros fue rarísimo. Se ha hablado mucho de aquél match. Lo cierto es que Asprilla, Rincón y Valderrama nos dieron un baile histórico. Con cada gol de Colombia, Argentina se alejaba más y más del mundial. A D10s gracias, Perú logró empatar 2-2 con Paraguay y Argentina lograba una plaza para el repechaje ante Australia. El 0-5 fue casi un problema nacional, Sanfilippo criticó a Goycoechea en la cara (y de paso, consiguió laburo por los siguientes 15 años) en el programa de Neustadt, Gatti dijo que gritó los goles de Colombia, la cabeza de Basile pendía de un hilo, los oportunistas de siempre pedían a Bilardo y todo su equipo, El Gráfico sacó una polémica edición con tapa negra
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-Goycoechea se "come todos losssmague, pibe" ante Freddy "fracasé en todos lados" Rincón

Lo cierto es que con ayuda de D10s, un D10s flaquísimo que jugaba en Newell’s, Argentina empató 1-1 en Sydney y ganó 1-0 como local. La “Operación Retorno II” del Diego también trajo nuevos aires: ya no estaban los Altamirano, Villareal, Saldaña, Acosta o Astrada, y en su lugar llegaron Chamot, Sensini, Balbo y Hernán Díaz. Argentina fue el último equipo en clasificarse al mundial.
Ya clasificados, Argentina venció al Campeón de Mundo Alemania en Miami 2-1, con goles de Balbo y Hernán Díaz (!), en diciembre del 93.
La “Operación Retorno III” surgió en Marzo del 94. Maradona se había alejado del Newell´s tras jugar 4 partidos, y se entrenaba solo en La Pampa para llegar al mundial. También regresaba Caniggia, toda una incógnita. En el medio, un 0-2 contra Brasil con baile.
Argentina haría una gira previa al mundial pasando por Japón, pero debido a los problemas con las drogas del Dié, se tuvo que reprogramar una vuelta al mundo en una semana, jugando ante Chile (3-3, fue el debut de Salas con la Roja haciendo un gol), Ecuador (0-1, se jugó muy mal) 3-0 en Israel y 0-0 en Croacia.
Argentina tenía su búnker en Boston, un lugar llamado “Babson College”. El nivel presenciado en la gira previa no había sido el ideal. Se preveía lo peor.
Argentina debutó ante Grecia. El 4-0 con baile nos emocionó a todos. El tercer gol, obra de Maradona, fue una delicia de paredes entre Redondo, Caniggia, Batistuta y el mismo Diego sacudiendo la red con un zurdazo delicioso de otros tiempos. Todo era alegría. El funcionamiento del equipo parecía otro.

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-El equipo que le ganó a Grecia 4-0. Cáceres, Chamot, Islas, Redondo, Ruggeri, Maradona; Caniggia, Simeone, Batistuta, Balbo, Sensini.

El segundo partido fue ante las Águilas de Nigeria. No empezó bien. Siasia puso a los africanos en ventaja. Después del 3-0 que le habían propinado a los búlgaros, eran de temer. El humo de los medios se preguntaba “cómo les ganamos a tanto poderío físico?”
Dos goles de Caniggia (el segundo, una definición exquisita) pusieron al equipo 2-1 arriba. Argentina tuvo muchísimas situaciones de gol, el resultado fue obsoleto, el equipo había encontrado su verdadero nivel, y Maradona había aguantado los noventa minutos, siendo fundamental en los últimos aguantando la pelota como solo él podía hacerlo en aquél momento. Además, nunca ví a un equipo golpear tanto y tan fuerte como los nigerianos.
Todo eran rosas. El equipo entusiasmaba y era candidato. Ni siquiera Brasil, con Romario y Bebeto, mostraba el poderío de Argentina, con un Maradona inspirado, Batistuta y Caniggia on fire, Redondo y Simeone mordiendo en la mitad de cancha, Balbo acompañando, Islas respondiendo, Chamot subiendo por sorpresa…
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-Maradona la aguanta contra Nigeria, en su último partido con la selección.

Hasta que todo el castillo de naipes se cayó.
Maradona había dado positivo de un control antidoping en el último partido. Resultaba raro el porqué les había tocado a Caniggia primero y a Maradona después el control. Lo cierto es que Maradona fue rápidamente separado del plantel. Efedrina y nandrolona fueron palabras que tomaron estado público

El dolor del pueblo argentino era inmenso. Maradona se retiraba tristemente de la camiseta que más quería. Había jugado 21 partidos mundialistas.
Si el pueblo estaba dolido, el equipo estaba perdido. Y lo aprovechó Bulgaria, que ganó 2-0 con goles de Stoichkov y Sirakov –sobre la hora- en Dallas. Ese gol sobre la hora hacía que el equipo cruzara todo Estados Unidos para jugar en Los Ángeles ante Rumania, el equipo que había bailado a Colombia 3-1, y que había sido bailado por Suiza 4-1.
Con un Hagi intratable y un Ilie “jugué un partido bien en toda mi vida” Dumitrescu, Rumania, sin merecerlo (Argentina tuvo muchísimas chances, y no le cobraron un penal claro a Simeone) ganó 3-2 y dejó afuera al equipo que hasta ese entonces, era de lo mejor del mundial.
Basile renunció ese mismo día. Fue el final de un ciclo que hasta la Copa América del 93, había sido brillante.
Sería el turno esta vez sí, de Passarella.

 
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